La primera mirada, fue solo mía, fue como si una estrella fugaz hubiera cruzado frente a mis ojos inherente a mi existencia sin percatarse de el observador, dejando una estela cafe luminosa que me mostraba el camino a su encuentro.
Fue ahí donde chocamos miradas y en tus ojos vi reflejada la galaxia entera, su inmensidad, sus misterios y belleza infinita.
Y el tiempo paso... Y aconteció que la vida da y la vida quita pero nada de eso importa ya, pues hoy estoy aquí admirando la profundidad y complejidad del café que aumenta mi taquicardia, la profundidad e inagotable misterio de un bosque viejo, que no me deja perderme pues desde lo alto de los sequoias puede ver la perspectiva completa, entre todos sus misterios me tiene enganchado, amarrado a la naturaleza de su mirada.
Son faros que guian atravez de la tormenta, antorchas para recorrer templos perdidos con seguridad, son mi estrella polar que ilumina la esperanza pérdida de encontrar el camino correcto
Son refugio seguro y cálido, son mi hogar, el nido y puerto seguro donde lanzar mi ancla, son un lugar seguro a dónde volver a dónde pertenecer siempre.
Son un trasmisor de amor, irradian fuego, musica y poesia, y bailamos los sueños de juglares que al saber de tus ojos se posan por noches y días en las fogatas que generan tus ojos de fuego.
Son llaves que abren las puertas a mi alma, revelando un sin fin de emociones desconocidas hasta ahora, un puente al alma, la conexión espiritual, como dioses paganos, reinventas la mitología y hoy afrodita se levanta desde la espuma marina, y se evapora en el sol de Apolo, trascendiendo a la eternidad.
En conclusión tus ojos café, son un compás dual que va marcando el ritmo al que mi corazón va latiendo, la brújula que me guía en lo incierto de un futuro hacia la luz que hay en tu interior.
Tus ojos son dos abismos de terciopelo donde me pierdo y me encuentro.
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