Aunque hoy parece que estoy estable, te deje ir, o más bien acepte que te fuiste hace ya muchos ciclos, hace ya muchas palabras precisas y directas que me negaba a escuchar.
La verdad es que arrepentirse no es nada, pedir disculpas, perdón y mostrar arrepentimiento desde el fondo del templo que se esconde en lo más profundo y recóndito del alma, remover el corazón, y ahi mostrarlo en tributo, como muestra de una profunda sinceridad en tus palabras, acompañadas de acciones poco egolatras, talvez eso podría ser suficiente aunque en si al final, lo dudo.
Pues desde las primeras palabras encriptadas, fuiste tu quien decidió entregar la llave y abrir la puerta, aún sabiendo de antemano lo que calaria y dolería, caminaste adelante teniendo mil oportunidades de frenar el paso, sabías lo que pasaría si no te detenias y aún así seguiste caminando, pudiste no entregar la llave, sabías que si miraba la puerta abierta me destruirias y aún así con un pensamiento critico seguiste entrando y saliendo por las puertas encriptadas, caminando al fondo de la habitación, decidiste que la llave sería entregada a alguien mejor que yo, así que el agua salada es de una planta tratadora de aguas residuales con silicón.
Y por eso casauno...
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