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sábado, septiembre 07, 2024

Acrostico perdido


Tu ausencia es un eclipse en el cielo que hay en mi cabeza, se oscurecen estrellas que antes brillaban con fervor, el final, un naufragio en un mar de dolor, estoy a la deriva, sin rumbo a dónde ir.

En este desierto de soledad me encuentro perdido, no hay oasis que calme mi sed de ti, el hilo de Ariadna se rompio, estoy perdido.

Amor, palabra que ahora resuena solo como un eco en las lejanias, un fantasma que ronda mis sueños obscuros, nocturnos, recuerdos, son cicatriz que sangra en silencio, una herida abierta que el tiempo no logra sanar, aún.

Mi corazón, una jaula vacía, oxidandose, donde antes habitaba un pájaro azul que cantaba para ti, ahora solo queda el eco de su melodía, un susurro que se pierde, pero vuelve al final.

Olvidarte es imposible, como olvidar el mar, el marde cuerpo en el que cada noche navegue, el sol que calienta mi piel mientras salgo a caminar, eres parte de mí, una extensión de mi ser y aunque ya no somos uno, te llevaré en mi alma, Siempre.

Supernova de un sistema binario


Punto y aparte, capítulo cerrado, el telón cae, luces se apagan, escenario desolador, un eco resonando en lo macabro de la oscuridad que queda, suspiro profundo, lágrima solitaria y una última mirada a lo que dejamos atrás.

Pausa al dolor, reflexión, un instante para valorar lo que se tiene y lo que se pierde, un abrazo cálido, una sonrisa sincera, una palabra de aliento y adiós.

Renacer, nuevo comienzo, una oportunidad para volver a empezar, las semillas duermen expectantes, esperando la primavera para florecer de nueva cuenta mientras las cenizas se elevan, llevandose el recuerdo de lo que ardió.

Es el fin, en definitiva y también es el principio, un ciclo eterno, un devenir constante e incesable, un universo en expansión y aún así una desintegración estelar, te lo cuento:

Éramos dos soles gemelos, orbitabamos en un baile cósmico, atracción gravitacional, nuestros núcleos se fundían en un calor pasional, irradiaban una energía que iluminaba nuestra pequeña galaxia personal, pero la danza, inexorablemente se volvió caótica, las mareas gravitacionales, otrora tiernas caricias a la playa de tu piel, de tu alma, se transformaron en tsunamis desgarradores, las llamaradas solares, otrora fogatas románticas en el bosque junto a nuestra cabaña, se convirtieron en tormentas solares que carbonizaron nuestras piel, nuestra alma.

Como una supernova, nuestra unión estalló en mil pedazos ardientes, perdiéndose en la inmensidad del cosmos, restos girando sin rumbo en una danza macabra, recordando la belleza fugaz de una estrella doble que se extinguió para, siempre.

jueves, septiembre 05, 2024

soy...


Soy material, soy grafito, y dibujo al viento sobre el tiempo, soy la manzana que regresa al árbol, soy el gusano que perdido, navega en el espacio tiempo infinito sin saber si su existencia es real, si un día lo fue, o si aún adelante lo será talvez,  transmutación dentro, en el tornado de las manecillas, soy diamante y escribo en el metal, mi voz perdurará, ya lo he dicho antes, Carpe diem.

Soy arena, toda la arena en esta playa, y digo tic tac toc, mientras me deslizó atravez de mi cuerpo quemado, purificado, soy yo gritándome que no hay más oportunidades, no queda tiempo, no queda espacio, nadie mas subirá al barco, todo se hundirá en las arenas movedizas, la luz que quema y deciende de las tormentas al final de cuentas aclarara todo mi ser, aunque se agota el tiempo deslizandose sobre mi, puedo dar un giro de 180 grados al final del camino.

Cierro los ojos, soy ceniza, y vuelo atravez de cielo, diviso mi muerte, y se que valdra la pena intentarlo, se que voy arder, se que el bosque arderá y morirá quien tenga que morir, así lo quiso el padre, no me juzgues por la nueva presentación, es lo que soy, es lo que queda, es la masa de arcilla amorfa que el agua y las lágrimas formaron con la ceniza, soy hijo.

Abro los ojos, soy polvo de estrellas y me fijo en los orificios que quedan ahí inertes sin vida, sin sueños, y aquí voy a llorar una vez más, pero esque me cala tanto el polvo, y cuando el polvo brillante atraviese la cascada y el arcoiris se divise desde más allá de mis pies, sabré que he sanado, que es tiempo de volver a casa. Traeré algunas ramas y formaré el nido, flechara cupido, sin residuo, sin testigos, y si la noche no termina aun, bailaré sobre los cadaveres y cantaré un requiem, sobre la mesa de noche, después volverémos hacerlo y mañana me habré ido de nuevo una vez mas.